Sal especial para piscinas y para cloradores salinos. Ventajas de las piscinas de agua salada. Uno de los primeros aspectos que vamos a valorar como ventajas es el ahorro de dinero, tanto en el mantenimiento como en productos químicos. Al mantener unos niveles estables, el consumo de producto químico se reduce, y al automatizar el proceso ahorramos en horas de trabajo o en personal. Al no tener que manipular el cloro directamente reducimos los riesgos de accidentes, y nos aseguramos que la concentración de cloro en el agua nunca será excesiva. Adiós a las piscinas con agua que huele a cloro, adiós a las irritaciones de piel y ojos, adiós a los cabellos dañados. Si bien el agua se evapora, la sal no, la única perdida de sal que se produce es cuando entramos y salimos de la piscina, por lo que aunque añadamos más agua el nivel de sal será el mismo, y aunque tengamos que añadir algo de sal, el coste es muy bajo. Como ya hemos comentado, la cantidad de sal que hay en el agua no es suficiente como para irritar nuestros ojos o nuestra piel, ni tampoco daña el césped del jardín. Hay menos sal que en el agua de mar, y una cantidad similar a la que puede haber en una lágrima.
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